¿Qué es y cómo funciona la estrategia de diferenciación para tu negocio?

Si hablamos de diferenciación, hablamos de que tu empresa se destaque entre otras con similares productos o servicios. ¿Cómo se logra? Con una estrategia: mejorando funciones del negocio, brindando un servicio de excelencia o impulsando características que hagan más valiosa a la marca. 
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Si hablamos de diferenciación, hablamos de que tu empresa se destaque entre otras con similares productos o servicios. ¿Cómo se logra? Con una estrategia: mejorando funciones del negocio, brindando un servicio de excelencia o impulsando características que hagan más valiosa a la marca. 

En esta guía te contamos cómo diferenciar tu negocio en un mercado competitivo.

¿Qué beneficios trae una estrategia de diferenciación? 

Uno de los principales beneficios de implementar una estrategia de diferenciación es obtener una ventaja competitiva frente a otras empresas y destacar un producto o la empresa misma. Consiste en idear acciones que permitan sobresalir del resto. 

Los negocios se esfuerzan por aportar un valor agregado a los clientes para que vuelvan, estén fidelizados e, idealmente, recomienden a la marca que tiene ese “plus” que la hace resaltar. 

Quiero crear una estrategia de diferenciación, ¿por dónde empiezo?

¡Es una excelente idea para conseguir más clientes! El primer paso para diferenciarte de los competidores es analizar las características de tu producto o servicio que pensás que resaltan sobre el resto y encontrar formas de aprovecharlas. Para lograrlo empezá por responder estas preguntas:

¿Qué valores caracterizan a tu marca?

Para poder diferenciarse, primero hay que conocerse. Debés encontrar cómo transmitir esos valores a tus consumidores. Observá a tu marca, los colores que utilizás, el logo, el packaging de los productos, la publicidad, el diseño. ¿Muestran lo que querés transmitir? ¿Están diseñados para el público al que querés alcanzar? Analizá tus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Te va a ayudar a encontrar detalles que podés modificar para optimizar tu negocio. 

¿Tenés en cuenta las necesidades y estilo de vida de tus clientes?

Los consumidores tienen patrones en común que te pueden ayudar a idear tu estrategia de diferenciación. Pensá en ellos y cómo tu marca puede cambiar y mejorar su vida. ¿Por qué te eligen? ¿Qué aspectos destacan de tu producto o servicio?

Conocer a tu público objetivo es esencial para el momento de la elección de la diferenciación.

¿Qué es y cómo funciona la estrategia de diferenciación para tu negocio?

¿Cómo se comportan tus competidores?

Mirar lo que está haciendo el otro siempre es recomendable. En este caso, para no hacer lo mismo. También podés analizar sus debilidades, para poder potenciarlo en tu negocio y, justamente, marcar la diferencia. 

¿Su producto es muy caro? Quizá tenés que trabajar en brindar un producto similar, más económico. 

¿No tiene un mercado por mayor? Quizá vos deberías apuntar a ese tipo de público.

¿Brindan pocas alternativas de envío o retiro del producto? Realizá envíos a todo el país.

Sus debilidades se pueden convertir en una oportunidad para tu negocio. 

¿Cómo podés mejorar tu producto o servicio?

La diferencia puede no estar en el producto en sí, sino en la atención al cliente, en los detalles, en la experiencia de compra. La clave está en pensar qué podés ofrecer vos que sea mejor que el resto.

¿Qué estrategia de diferenciación es la mejor para tu negocio?

Llegó el momento de elegir qué aspecto vas a “explotar” en tu estrategia: mejores precios, funcionalidad, exclusividad o servicio. Luego, tenés que idear un plan para ejecutarlo y que tus clientes empiecen a notar el cambio. 

El marketing es un buen compañero para lograr que la estrategia de diferenciación tenga éxito. Comunicarlo de forma asertiva dará notoriedad a tu marca.  

¿Hay desventajas de implementar una estrategia de diferenciación?

Hay aspectos a tener en cuenta a la hora de implementar este tipo de estrategias. Por ejemplo, si vas a diferenciarte por tus precios bajos, no olvides que muchas veces lo barato es sinónimo de baja calidad. Y, aunque tus productos o servicios estén buenísimos, algunas personas van a dejar de consumirlos por desconfianza. En ese caso, el trabajo estará en demostrar sus otras fortalezas, además del precio. 

Ahora ya sabés, antes de elaborar una estrategia de diferenciación es vital que consideres todos los detalles de tu mercado, competidores y clientes.

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