Cómo hacer una planificación financiera personal

Todas las acciones que realizamos para conocer nuestra situación financiera, determinar inversiones, distinguir si tenemos capacidad de ahorro y, justamente, ahorrar, forman parte de la planificación financiera. Sin ella sería casi imposible, para la mayoría, cumplir objetivos a largo plazo.
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Todas las acciones que realizamos para conocer nuestra situación financiera, determinar inversiones, distinguir si tenemos capacidad de ahorro y, justamente, ahorrar, forman parte de la planificación financiera. Sin ella sería casi imposible, para la mayoría, cumplir objetivos a largo plazo.

Dicen que una meta sin plan es solo un deseo. Entonces, convirtamos ese deseo en realidad con organización. Seguí este paso a paso y llevá a cabo una planificación financiera personal exitosa, que te permita cumplir tus metas:

1. Analizá tu situación financiera

Es el abc de la educación financiera. No es posible planificar mucho ni establecer metas de ahorro sin conocer a la perfección tu situación actual.

Comenzá haciendo un listado de tus ingresos y gastos (fijos y variables). Usando tu cuenta Reba y pagando todo desde un solo lugar podés acceder a un registro sin esforzarte demasiado. Dentro del banner “Mi dinero” en la pantalla de inicio, vas a ver todos los movimientos realizados en el mes, pudiendo distinguir las compras, transferencias, pagos de servicios, carga de transportes y otros conceptos. Así, vas a conocer cómo usás tu dinero mes a mes.

Una vez que conozcas tus gastos, restalos de tus ingresos fijos.

¡Listo! Ahora sabés exactamente en qué gastás tu plata y podés modificar conductas, teniendo en cuenta tus gastos variables, para aumentar tu capacidad de ahorro. También, sabrás con anticipación con qué cantidad contás todos los meses para ahorrar o invertir.

2. Determiná tus metas financieras

Hay que hacer algo con esa información recolectada para mejorar tu situación.

Preguntate qué objetivo querés cumplir. Puede ser comprar un auto, juntar plata para mudarte o ahorrar dinero para viajar. Después, pensá en qué deberías hacer para que eso deje de ser un deseo y se convierta en meta. Por ejemplo, ahorrar para luego invertir ese dinero, aumentar tus ingresos o reducir tus gastos para tener mayor capacidad de ahorro.

Cómo hacer una planificación financiera personal

3. Generá un plan de ahorro

Establecé objetivos más pequeños que te permitan alcanzar esa meta a largo plazo. Ahorrar cierta cantidad de dinero todos los meses, reducir los gastos innecesarios que distinguís gracias al registro mensual, obtener un ingreso extra brindando un servicio freelance, etc.

Para reducir tus gastos, una acción que podés realizar es cancelar las suscripciones que ya no utilizás, reemplazar el pedido de delivery por planificación semanal de comidas o eliminar por completo los gastos “de kiosco” que, depende la frecuencia, pueden llevarse gran parte de tus ingresos. Además podés usar como aliada clave de tus finanzas personales a tu tarjeta de crédito, te dará la posibilidad de comprar algo hoy para pagarlo dentro de varios días, incluso podés chequear la fecha de cierre para sacar provecho de eso. Esto te ayudará a tener dinero hoy y ahorrar en tus compras, ya que al próximo mes probablemente el precio ya haya cambiado.

Vas a notar el cambio muy pronto: con organización es todo más sencillo.

4. Invertí

No queremos que el dinero que ahorras mes a mes para cumplir tus objetivos financieros pierda valor. Por eso, en Reba tenemos opciones de inversión que permiten proteger tu plata y prevenir su desvalorización en contextos volátiles: podés comprar dólar solidario, dólar MEP o hacer un plazo fijo. Todo de forma fácil, segura y al alcance de tu mano.

5. Revisá periódicamente tu plan

Los ingresos pueden cambiar mes a mes, sobre todo si sos freelancer, y los gastos, más que nada en tiempos inflacionarios como en el que vinimos, también. Entonces, ¿por qué no hacer una revisión constante?

Te va a evitar estancarte en tus objetivos de ahorro y actualizarlos según tus ingresos. No te frustrás y detectás nuevas posibilidades de mejora en tu plan.

¿Todo listo? ¡Manos a la obra! Recordá que un plan muy ambicioso te puede desmotivar y no queremos eso. Proponete metas realistas y trabaja para alcanzarlas con mucha organización y paciencia.



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